¿Te acuerdas de 2020? Una pandemia mundial, todos encerrados y montones de marcas luchando por sobrevivir… o por nacer.
Allí lo importante era subir tu marca al tablao digital y no perder el compás. Lo de la identidad verbal y el naming seguramente no era lo que más te preocupaba. Ni a ti, ni a muchos otros negocios.
Pero nos hemos plantado en 2024 y cada vez hay más marcas intentando captar la atención del público.
Es como en la época dorada de la copla: en los años 30 y 40 todos querían ser como Concha Piquer, Lola Flores, Estrellita Castro o Imperio Argentina.
En los 50 y 60 ya no bastaba con estar: había que destacar por encima del resto de folclóricas. Diferenciarse. Volverse inolvidable.
Lo mismo pasa con la identidad verbal de tu marca. Ya no vale hacer lo mismo que los negocios que parecen tener éxito. Hay que destacar por encima de ellos.
Y el naming es un elemento clave. ¿Te imaginas que con solo oír tu nombre tus clientes potenciales quieran trabajar contigo, les hablen de ti a sus conocidos y vayas de boca en boca como las mejores coplas?
El naming es la primera impresión sobre tu empresa que se lleva tu público.
Y en este artículo voy a contarte los 9 pasos para hacer que tu nombre de marca sea inolvidable. Sigue leyendo y marca la diferencia entre ser un negocio más del montón o el que pone el compás a tu sector.
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Empecemos por el principio. ¿Qué es el naming?
Como en cualquier área relacionada con el marketing digital, si empiezas a investigar de qué va esto del naming de marca encontrarás más de una y más de dos definiciones.
Pero como a mí no me gustan demasiado los «palabros», dejémoslo en que el naming es el proceso para crear los nombres de una marca.
¿Los? ¿Es que hay más de uno?
Efectivamente.
El proceso de naming va de encontrar el nombre de marca perfecto, pero también los nombres de tus productos, tus servicios, tu método…
Esto del naming de método, de productos, de servicios… daría para un curso completo. Así que en este artículo me centraré solo el nombre de marca. Pero puedes usar estos consejos para cualquiera de los nombres que necesites para tu negocio.
Y si has oído la leyenda de la niña a la que sus padres llamaron Dolores Fuertes de Barriga (supuestamente, claro ), ya te habrás dado cuenta de que esto de ponerle nombre a las cosas es todo un arte.
El naming es parte de la estrategia de branding e identidad verbal y te ofrece dos de las armas más poderosas que existen en el marketing:
- Conectar emocional y psicológicamente con tu audiencia.
- Posicionar tu marca en su mente para que recuerden tu empresa y la elijan sobre el resto.
¡Casi na!
Qué tipos de nombres de marca puedes encontrar por ahí
Coca Cola, Kodak, Pescaderías Coruñesas, Apple, BBC (British Broadcasting Corporation)…
¿Por qué hay nombres de marca tan diferentes?
Cada tipo de naming tiene sus propias características, ventajas y desventajas. Tenerlas claras te ayudará a elegir un nombre que conecte con tu público y que refleje la personalidad y los valores de tu marca.
Lo mejor de todo es que no tienes por qué quedarte con un único tipo. Es como las coplas. Hay zambras, pasodobles, soleares… incluso hay algunas que mezclan varios palos diferentes.
Con tu naming pasa lo mismo y puedes crear un nombre de marca que tenga características de varios de estos tipos.
Hay muchas clasificaciones, pero mi favorita es esta, de Rosa Morel.
¿Sabes cuáles son los más comunes?
- Descriptivos: designan lo que hace la empresa o el producto de forma explícita y directa. Son claros y funcionales y ayudan al público a entender el propósito de marca de forma muy rápida. Algunos ejemplos pueden ser General Motors, GasNatural o Telepizza.
- Evocativos: Sugieren la experiencia o los atributos de la marca sin describirlos directamente. Pueden evocar emociones o sensaciones y son capaces de crear imágenes muy potentes en la mente del consumidor. Nike, Vueling o Movistar usan esta categoría.
- Abstractos, inventados, neologismos: Usan palabras o combinaciones que no existían y no tienen ningún significado hasta que se les asocia con una marca. Este tipo de nombres, como en el caso de Google o Kodak pueden darle un carácter único y memorable a tu marca.
- Metafóricos: Se trata de nombres de marca que utilizan metáforas y analogías para sugerir características, beneficios o atributos que evocan la marca. Son diferenciadores y evocadores, como en el caso de Jaguar o Red Bull.
- Acrónimos: Este tipo de nombres de marca están formados por las iniciales de una frase más larga, formando nombres que pueden carecer de significado inmediato hasta que se les asocia con la marca. Es el caso de IBM (International Business Machines), BMW (Bayerische Motoren Werke) o Talgo (tren articulado ligero Goicoechea Oriol).
- Geográficos: Utilizan ubicaciones para identificar y localizar la marca, lo que puede resultar efectivo si tienes una marca local o regional. Su mayor desventaja es que pueden limitarte a la hora de crecer y abrir mercados en el futuro. Puedes verlo en marcas como Southwest Airlines, Cruzcampo, Estrella Galicia, New York Times…
- Personales: Este tipo de nombre es, posiblemente, el más utilizado en el caso de marcas personales. Utiliza el nombre de una persona, real o ficticia, para crear la marca, lo que puede ayudarte a humanizarla y a tramar una historia que la respalde. Este enfoque ha funcionado bien en marcas como Disney (Walt Disney), Mahou (el apellido del creador) o Mercedes-Benz (Mercedes Jellinek).
Cómo hacer un buen trabajo de naming para tu marca personal
Elegir tu nombre de marca no es tan sencillo como llegar y ponerle a tu empresa, a tu método, a tus productos y servicios el primer nombre que se te venga a la mente y te parezca original.
Para meterte a tu público en el bolsillo con el nombre de tu marca tienes que desarrollar un proceso que consiga capturar el corazón de tu marca, su propósito, su promesa y dar el pistoletazo de salida para empezar a crear un vínculo entre tú y tu cliente potencial.
Se trata del proceso de naming y voy a mostrártelo en 9 pasos:
1. Trabaja la definición de tu marca
Para poder crear un nombre de marca potente y con mucho poderío hay que empezar por tener muy claro qué tipo de marca quieres construir.
Por eso, cuando trabajamos la identidad verbal de tu marca lo primero que hacemos es un buen briefing.
Repasamos conceptos como tu propósito, tu misión, tu propuesta de valor… y asentamos los atributos de marca y los valores, características y beneficios que quieres transmitir.
Esta base es crucial para trabajar tu naming en la dirección correcta.
2. Conoce a tu público potencial
¿Con quién quieres conectar gracias a tu marca y a tu trabajo de naming?
Define un perfil del comprador potencial que quieres atraer hasta tu empresa. Analiza cómo consume, qué poder adquisitivo tiene… pero, sobre todo, destaca cuál es el valor que busca en productos o servicios como el tuyo.
3. Analiza a tu competencia
Sí, sé que esto se dice mucho.
Pero es que no deja de ser un imprescindible.
Necesitas saber qué están haciendo tus competidores para poder atraer a tus clientes.
¿Vas a hacer lo mismo que ellos? ¡Ni de lejos!
Se trata, precisamente, de todo lo contrario. Que estudies qué les funciona a ellos, cómo atraen a sus clientes, cómo es su estrategia de branding y cómo utilizan la identidad verbal para hacer lo mismo de forma diferente y aprovechar lo que aún no están haciendo.
Localiza oportunidades para cambiar las reglas del juego y hazte notar por encima de todos ellos.
4. Pon foco en tu personalidad
Tu marca va a tener mucho de ti, así que tu personalidad es un activo importante a la hora de elegir tu nombre de marca.
En las marcas comerciales puedes elegir la personalidad guiándote más por lo que te pide el producto o el cliente que por lo que tú puedes aportar.
Sin embargo, cuando hablamos de marca personal, elegir una personalidad que no tiene nada que ver contigo puede llegar a ser un error muy grave.
Tu personalidad termina impregnando todo lo que haces, así que fingir algo que no te sale de dentro es echarse sobre los hombros un trabajo muy pesado.
Una vez que eliges tu nombre de marca, su voz y su tono, vas a pasar muchas horas creando contenido que resulte coherente con esas decisiones. Y si tienes que fingirlo porque has adoptado una personalidad que no tiene nada que ver contigo, terminarás cansándote más pronto que tarde.
O harás un trabajo de naming que no resulta coherente con el resto de tu identidad verbal y visual y que, por lo tanto, no dará resultado.
5. ¡A jugar!
Una vez que tenemos todo el estudio de la marca, del público y de la competencia, llega la parte más divertida.
Una buena lluvia de ideas.
Empieza a buscar palabras, frases, combinaciones y posibilidades que encajen con tu personalidad de marca, sus valores y sus atributos como guía.
Anota todo lo que se te ocurra o lo que podría encajar, por remoto o loco que te parezca.
Jugar es lo más guay del proceso de naming en particular y del trabajo de identidad verbal en general. Saca a tu niña o niño interior y desata toda tu creatividad.
Cuando tengas una buena lista de palabras, frases, acrónimos… empieza a combinar elementos, crear metáforas… puedes complicar el juego todo lo que quieras.
6. Evalúa
Examina las opciones que más te han gustado, que más alineadas están con tu identidad verbal y que crees que pueden funcionar para tu nombre de marca. Toca elegir los 3 nombres de marca ganadores. Como mucho, 5.
Utiliza criterios como la forma en que transmiten tu propuesta de valor, si son fáciles de pronunciar, si suenan bien…
Para asegurarte de que tu nuevo nombre de marca tiene todo lo que necesitas para destacar y convertirte en irrepetible, inolvidable e irresistible he preparado una checklist que puedes descargar y usar siempre que la necesites.
7. Pon tu nombre de marca a prueba
Porque supongo que no querrás lanzar tu nuevo y flamante nombre y que tus clientes potenciales no entiendan qué has hecho, no les guste o no signifique nada para ellos.
Vamos, que no creo que quieras que pase sin pena ni gloria. Sobre todo después de haberte “currao” todo el proceso de naming.
Para evitarlo, sondea a tu público. Prueba los nombres que estás barajando para tu marca con diferentes personas para obtener feedback. Observa sus reacciones, toma nota de las posibles confusiones, dudas o dificultades para pronunciarlo o recordarlo.
Con los resultados haz todos los ajustes que sean necesarios. Más vale alargar un poco el proceso que tener que empezar otra vez desde el principio.
8. And the winner is…
Estás a punto de llegar al punto culminante de tu proceso de naming.
Es hora de decidirte por un nombre para tu marca y elegir el que va a ser el definitivo. El mejor de las opciones que tenías en la manga, tu favorito, el más potente, el único…
¿Cuál es tu opción ganadora de entre tu lista de finalistas?
Elige el nombre que mejor se alinee con tu marca, teniendo en cuenta las pruebas que has hecho, tu identidad verbal y los atributos de la checklist que te he dejado de regalo arriba.
¿Lo tienes?
Espera un momento… ¿por qué apostar todo a un único cartucho?
No te deshagas aún de los 3 o 4 nombres finalistas. Aún te queda un paso en el proceso de naming y quizá necesites un as en la manga por si algo falla.
9. Comprueba que puedes usarlo
Hay un paso durante el proceso de naming que suele olvidarse demasiado a menudo: consultar el registro de patentes y marcas… y registrar tu nombre de marca.
Y demasiadas veces resulta que el nombre «perfecto» ya estaba registrado.
¿Puedes arriesgarte a usarlo?
Como poder… pero también pueden pasar cosas como:
- Que empiecen a salir marcas con «tu nombre» hasta debajo de las piedras. Y que se lleven, como poco, tu posicionamiento SEO. ¡Con lo que te ha costado crear contenido!
- Que estés usando un nombre de marca que ya exista y que tus clientes potenciales se hagan la peineta un lío.
- O peor aún, que el dueño te de un toque de atención, te reclame que dejes de usarlo y eso te obligue a cambiar todo lo que has trabajado en tu marca: identidad verbal, identidad visual, textos copywriting, diseño web, perfiles de redes sociales…
¡Mejor no sigo!
Para evitarlo, entra al buscador europeo de marcas y haz una búsqueda a nivel mundial de tu opción ganadora.
Si está registrada, puedes seguir probando con tus finalistas o volver al proceso de naming y seguir con la lluvia de ideas.
Y si no está registrado… ¡corre y hazlo tú en la Oficina de Registro de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria y Turismo!
Por qué deberías elegir un nombre memorable para tu marca
¿Cuántas veces has entrado en Instagram (o en cualquier otra red social) y te has perdido haciendo scroll entre marcas y más marcas?
Sí. Sufrimos de “sobrecarguitis informativa y comercial”. O lo que es lo mismo: estamos saturados.
No creas, esto también pasaba en los 50. Cada folclórica que salía cantaba las canciones de Concha Piquer o de Lola Flores y… ¡menuda saturación! Claro, solo triunfaban las que eran diferentes.
Así que si tienes una empresa (y si estás aquí es porque la tienes) hay que aplicarse el cuento: Ya no solo necesitas ser visible. Ahora también te toca luchar por llamar la atención… y retenerla.
Bueno, tú, yo y todos los nos hemos animado a sufrir emprender.
Claro, ya te puedes ir imaginando que en este contexto tener una identidad verbal potente y un nombre de marca memorable ya no es un lujo. Es una necesidad estratégica. Casi básica.
Porque mientras un nombre común solo te nombra, un nombre de marca bien trabajado te destaca en la mente del consumidor. Te hace sobresalir en el maremagnum de la competencia, sube el atractivo de tus productos y servicios.
Saca a la luz todo tu poderío.
▶️ Más fácil de recordar, más fácil de elegir
Lo diferente es llamativo y esto le encanta al cerebro de tus clientes potenciales. Lo mismo pasa con lo que despierta las emociones.
Por eso hay ciertos nombres de marca que recordamos mejor.
En el momento de la decisión de compra, un consumidor es más propenso a seleccionar una marca cuyo nombre resuena con él o le es familiar.
▶️ El poder del boca a boca
¿Te suena el UGC? Pues además de ser contenido generado por el usuario también es publicidad gratis.
Y todo gracias al branding, a la identidad verbal y a un buen trabajo de naming.
Si tu audiencia se queda con tu nombre de marca también lo va a mencionar en conversaciones. Y es más fácil que se lo recomiende a su familia, sus amigos, conocidos…
Incluso que hable de ti en redes sociales.
Así que un naming potente es una inversión fantástica en alcance orgánico para tu empresa.
▶️ Deja a tu competencia con la boca abierta
A ver si adivinas de qué van estos negocios por su nombre:
«Ferretería La Cadena»
«Casa Pepe»
«López y Asociados»
Sí, tienen nombre de ferretería, de bar y de despacho de abogados. ♀️
¿Cómo destacan entre el resto de negocios que se llaman igual que ellos o que tienen un nombre de marca muy parecido?
No voy a decirte que elijas el nombre de marca más original de Internet por defecto. Pero ten claro que si el nombre de tu marca es más de lo mismo tu cliente no va a acordarse ni a intuir por qué debería elegirte a ti y no a otro.
Y cuando tus clientes potenciales se van a tu competencia, no te compran a ti. ¿Te imaginas que un cliente potencial te recomiende a un amigo suyo y este se confunda y se vaya a otro de los cientos «Casa Paco» que hay por el mundo?
▶️ Un punto de partida para tu historia de marca
Que tu marca se quede grabada en la mente de tus clientes igual La Zarzamora cuando oyes el estribillo y ya no te la puedes quitar de la cabeza.
Si quieres conseguirlo, una de las vías más rápidas son las historias.
Y tu nombre de marca tiene un papel protagonista.
Convierte tu nombre en el punto de partida de tu historia de marca y pasa de ser una opción más a una elección con significado emocional para tus clientes.
Vamos, que te elijan por cómo conectan contigo, lo que les haces sentir y lo que significas para ellos.
Ya lo has visto. El proceso de naming es mucho más que un simple ejercicio de creatividad.
Tu nombre de marca es una pieza fundamental en la construcción de su identidad y, si quieres destacar por encima de tus competidores y hacerte inolvidable para tus clientes potenciales, no puedes dejarlo al azar.
Un nombre de marca potente consigue todo eso y, además, es capaz de conectar tu mercado, tu audiencia y lo que tu marca representa realmente. Como si te enchufaran al cable de carga rápida.
Ahora que ya tienes las claves para contar una historia, comunicar valor y empezar a construir tu relación con tus clientes desde el primer momento en que te conocen, es tu turno:
¿Cuáles son tus nombres de marca favoritos? ¿Acabas de pasar o estás pasando ahora por el proceso de crear tu nombre de marca? ¿Con qué desafíos te has encontrado y cómo los has superado?
Comparte tu experiencia y tu opinión en comentarios. ¡Estamos deseando leerte en los comentarios!
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