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July 5, 2023 Sergio Gualda

Antes de entrar en más detalles sobre el diseño de interfaces, déjame contarte una anécdota.

 

Hace poco entré en una página web que parecía compleja, como un laberinto. Cada vez que hacía clic, todo se ponía más difícil. Y cuando por fin encontré lo que necesitaba, había un botón que decía “¡Ups! Eso no debería estar aquí”

 

Bueno, déjame decirte que ese no es el camino correcto.

 

El primer mandamiento en el diseño de interfaces es: “No crearás confusión“.

 

¿Te ha pasado alguna vez que estás en un cuarto sin luz y te chocas con algo que no ves? Eso es justo lo que tenemos que evitar en nuestros diseños.

 

La claridad es la clave.

 

Como decía Albert Einstein, “Si no puedes explicarlo de forma sencilla, es que no lo entiendes lo suficiente“. Y créeme, Einstein no estaba hablando solo de la relatividad.

 

¿Quieres saber cómo puedes diseñar interfaces sencillas? Sigue leyendo.

 

 

Seguro que también te interesa:

 

 

como diseñar interfaces de usuario claras y concisas

 

 

Por qué es importante diseñar una interfaz sencilla

 

Una interfaz clara y concisa es como una tabla de surf que te lleva sin problemas a la ola perfecta. Aquí te explico por qué es tan importante:

 

⚡️ Navegación sin perderse en el laberinto

 

Los usuarios pueden encontrar lo que buscan rápidamente.

 

 

⚡️ Ahorra tiempo

 

Y es que todos sabemos que el tiempo es oro. Nadie quiere pasarse horas, días o semanas intentando averiguar cómo funciona una nueva herramienta.

 

La gente quiere diseños intuitivos que solucionen sus problemas sin complicaciones.

 

 

⚡️ Evita la ira de Hulk

 

Una interfaz desordenada puede despertar al monstruo interior de cualquiera.

 

Botones escondidos, menús confusos y elementos en la interfaz saltando por todas partes pueden hacerte querer lanzar tu teléfono por la ventana.

 

Una interfaz sencilla reduce la frustración y ayuda a mantener la paz mundial (al menos en el mundo digital).

 

 

Principios básicos para crear una interfaz clara

 

Ahora que entendemos la importancia de una interfaz sencilla, vamos a hablar sobre los principios básicos para lograrla. Aquí te dejo algunos secretos:

 

Simplificar: Esta es la clave. Deshazte de lo innecesario y enfoca tu energía en lo esencial. Recuerda, ‘menos es más’.

 

Organización: imagina tu interfaz como una fiesta en tu casa. Los invitados están en su sitio, la música no está demasiado alta y no tienes que buscar frenéticamente dónde está el baño. Estructura la información de manera lógica y coherente.

 

Destaca los MVPs (elementos más valiosos): ¿Alguna vez han buscado un botón de “comprar” como si estuvieras buscando a Wally en un parque de atracciones? ¡No es divertido!

Utiliza elementos visuales para destacar lo más importante. Colores llamativos, tamaños de letra diferentes o incluir iconos pueden ayudar a los usuarios a encontrar rápidamente lo que buscan.

 

Haz que los abuelitos puedan leerlo: nadie quiere forzar sus ojos intentando leer un texto pequeñito y nada claro. Utiliza una fuente legible, usa un espacio adecuado entre líneas y asegúrate de que el texto tenga suficiente contraste con el fondo.

 

Aplausos y confeti: a todos nos gusta recibir una palmadita en la espalda cuando hacemos algo bien. Lo mismo ocurre con los usuarios cuando interactúan con tu interfaz.

Dales feedback instantáneo y claro cuando realicen una acción. Un pequeño “¡Lo lograste!” o un icono de confirmación pueden hacer que los usuarios se sientan como verdaderos campeones.

 

Sigue mejorando: nunca te enamores de tu primer diseño. Realiza pruebas con usuarios reales y escucha sus comentarios. El diseño de interfaces es como intentar copiar la mítica paella de tu madre o padre: siempre hay espacio para mejoras y ajustes. ¡Continúa probando y perfeccionando tu obra maestra!

 

 

Técnicas para crear interfaces sencillas

 

Ahora que hemos cubierto los principios básicos, es hora de hablar sobre las herramientas y técnicas que harán que tus interfaces sean sencillas.

 

¡Allá vamos!

 

✅ Bocetos desenfadados

 

Los bocetos son como las notas rápidas que hacemos en la servilleta después de tener una gran idea en un bar. Utiliza herramientas para visualizar la estructura y el flujo de su interfaz. Esto te permite probar diferentes enfoques antes de ir a los detalles finos.

 

Pero, ¿qué son exactamente estos bocetos? Piensa en esos esbozos que haces en una servilleta mientras disfrutas de un café con tus amigos. Solo que, en lugar de garabatear caras divertidas o figuras abstractas, estás trazando la estructura y el aspecto de botones, menús y elementos de navegación.

 

Cuando te adentras en el mundo de los bocetos de interfaces, debes ser un poco como un ilusionista. Tienes que capturar la esencia y la funcionalidad de una aplicación en un simple dibujo.

 

No te preocupes si tus líneas no son perfectas; después de todo, incluso los mejores comediantes comienzan con chistes malos antes de hacer reír a todo el mundo.

 

Además, los bocetos de interfaces te permiten jugar con la paleta de colores como si fueras un auténtico pintor en su estudio. Puedes probar combinaciones audaces y experimentar con tonos vibrantes o sutiles.

 

¡La creatividad no tiene límites! Pero recuerda, evita mezclar colores que hagan llorar a los ojos de tus usuarios.

 

La clave de estos bocetos es dar vida a una idea. Es como tomar una foto de tu imaginación y mostrarla al mundo. Y lo mejor de todo es que estos bocetos son solo el primer paso. Después de eso, puedes convertirlos en algo más real y funcional.

 

 

Prototipos interactivos

 

A veces, los bocetos no son suficientes para realmente entender cómo será la experiencia del usuario. Ahí es donde entran en juego los prototipos interactivos.

 

Crear prototipos que simulen la experiencia real ayuda a identificar problemas y permite a los usuarios dar su opinión antes de lanzar la versión final. Es como tener una máquina del tiempo para mostrarles a las personas cómo será el futuro de tu aplicación o sitio web.

 

Ahora, permíteme presentarte una herramienta muy útil: Figma.

 

Esta maravillosa herramienta te permite crear prototipos interactivos de una manera tan fácil que incluso tu abuela podría hacerlo (¡siempre y cuando tu abuela sea una experta en UX, por supuesto!).

 

Pongamos un ejemplo: imagina que estás diseñando una aplicación de entrega de pizzas llamada “Pizzzzzzzzzza”.

 

Con Figma, puedes crear un prototipo interactivo en el que los usuarios puedan seleccionar diferentes tipos de pizza, agregar ingredientes y ver cómo se ve su pizza en realidad aumentada. Incluso podrías incluir un botón de “lanzar pizza” para hacer que la pizza salga volando hacia ellos virtualmente (que no te digan que no puedes hacer algo).

 

Recuerda, los prototipos interactivos son una excelente manera de probar tus ideas y mejorar la experiencia de usuario antes de invertir tiempo y recursos en el desarrollo completo.

 

 

Colores

 

Los colores son como la receta secreta que le da sabor a la Cocacola. Selecciona una paleta de colores que refleje la personalidad de tu marca y úsala consistentemente en toda la interfaz.

 

Los colores adecuados pueden hacer que tu diseño sea más apetecible que unos churros con chocolate en una mañana de Domingo.

 

Imagina que estás navegando por un sitio web y, de repente, todo está en un aburrido y deprimente blanco y negro.

 

¡Ugh! ¿Te daría ganas de quedarte y explorar? Probablemente no.

 

Los colores son el toque mágico que hace que todo se vea atractivo, pero también son se encargan de hacer la vida más fácil al usuario.

 

Pero espera, que no estoy hablando de simplemente escupir colores al azar como si estuviéramos jugando al “Twister”.

 

Los colores deben ser elegidos sabiamente para transmitir emociones y ayudar a los usuarios a comprender y navegar por un sitio de manera intuitiva. Al igual que un amigo que sabe exactamente qué decir para animarte cuando estás triste, los colores adecuados pueden generar sentimientos y reacciones específicas en los usuarios.

 

Por ejemplo, el rojo es como el amigo que siempre está emocionado y lleno de energía. Es llamativo, audaz y puede captar instantáneamente la atención. Pero ten cuidado, ¡porque también puede ser el amigo que te grita en la cara y te asusta! Úsalo con moderación para resaltar elementos importantes o para crear una sensación de urgencia.

 

Luego está el azul, el amigo tranquilo y relajado que te invita a sentarte y relajarte. El azul evoca una sensación de calma y confianza, perfecto para transmitir profesionalismo y seguridad. Es como ese amigo que siempre está ahí para ti cuando necesitas un hombro en el que apoyarte.

 

El verde es el amigo fresco y rejuvenecedor que te conecta con la naturaleza. Evoca una sensación de crecimiento y frescura, ideal para temas relacionados con la salud, la ecología o la sostenibilidad. ¡Es como recibir un abrazo de un árbol!

 

Y no podemos olvidarnos del amarillo, el amigo optimista y radiante. El amarillo es como un rayo de sol que te llena de energía y te pone de buen humor. Úsalo con precaución, porque demasiado amarillo puede ser como tener a ese amigo hiperactivo que nunca se cansa y te agota.

 

La elección de colores no solo se trata de verse bonito, sino de comunicar eficazmente. Los colores pueden ayudar a guiar a los usuarios a través de un flujo de trabajo, resaltar acciones importantes y transmitir la personalidad de una marca. Son como las señales de tráfico en la autopista, asegurándose de que todos lleguen a su destino sin problemas.

 

 

Iconos con personalidad

 

Utiliza iconos reconocibles y con personalidad en lugar de texto, cuando sea posible. Los iconos bien diseñados pueden comunicar rápidamente información y acciones sin aburrir a los usuarios.

 

Estos pequeños gráficos son como el champú en la ducha: siempre están ahí, aunque no les prestemos mucha atención. Pero, créeme, su papel en la experiencia del usuario es tan crucial como el peinado de Donald Trump en un día ventoso.

 

Imagínate navegando por una aplicación o un sitio web sin ningún icono. Sería como intentar navegar en un laberinto oscuro sin una linterna. ¡Un desastre total! Los iconos son como lucecitas brillantes que guían nuestros pasos y nos dicen “¡Eh, aquí hay algo importante!

 

Además, los iconos hacen que la experiencia sea más intuitiva y fácil de usar.

 

¿Recuerdas esa vez que viste un botón sin texto pero con un icono de una flecha apuntando hacia la derecha? ¡Claro que sí! No necesitaste leer las palabras “Siguiente paso” para entender que tenías que hacer clic ahí.

 

Los iconos nos hablan en un lenguaje universal que todos entendemos, sin importar el idioma que hablemos. ¡Son los políglotas del diseño!

 

Pero ojo, no cualquier icono sirve. No puedes poner un dibujo de una langosta en un menú de opciones, a menos que estés diseñando una app para amantes de los mariscos. Los iconos deben ser claros, concisos y reconocibles. No queremos que la gente piense que están abriendo una puerta cuando en realidad están intentando cerrar sesión. ¡Sería un caos total!

 

 

Pruebas con usuarios

 

Imagina que has creado una hermosa interfaz de usuario que te hace sentir como si estuvieras en el paraíso. Pero, espera, ¿cómo sabes si realmente funciona para tus usuarios? Aquí es donde entran en juego los test de usuario, como ese amigo sincero que te dice la verdad a la cara.

 

Los test de usuario son como esas pruebas a las que sometes a tu diseño para ver si resiste a los golpes de la realidad.

 

Básicamente, les das a tus usuarios una tarea para realizar en tu sitio web o aplicación, y luego observas cómo se las ingenian. Es como una especie de “Gran Hermano“, pero sin las cámaras ni los cotilleos. Sí, más aburrido.

 

Ahora bien, ¿por qué son tan importantes estos test? Bueno, piénsalo de esta manera: tú puedes tener el mejor cerebro para el diseño del universo, pero no eres un adivino. No puedes meterte en la cabeza de tus usuarios y saber exactamente cómo interactuarán con tu creación. Ahí es donde entran los test de usuario.

 

Estos tests te ayudan a descubrir las áreas problemáticas, los puntos de confusión o los obstáculos que tus usuarios podrían encontrar en su experiencia.

 

Pueden revelar cosas tan sorprendentes como un botón de “comprar” que nadie encuentra, o un menú de navegación tan confuso que tus usuarios terminan perdidos. ¡Nadie quiere eso, my friend!

 

Pero no te preocupes, porque los test de usuario también te ofrecen la oportunidad de mejorar. Te permiten detectar esas pequeñas cosas que harán que tu diseño brille.

 

Además, hacer test de usuario es una forma de mostrarles a tus usuarios que te importan de verdad. Les estás diciendo: “Amigo, amiga, quiero que te sientas cómodo y feliz mientras usas este producto. Quiero que te sientas como en casa“. Y eso, es algo que tus usuarios apreciarán enormemente.

 


 

En resumen, diseñar interfaces de usuario sencillas es un arte que requiere habilidad, paciencia, análisis y un poco de creatividad.

 

Simplifica, organiza, destaca, da feedback, prueba y mejora… Y no olvides añadir ese toque especial que lo distinga!

 

¿Te ha quedado alguna duda? Te leo en los comentarios.

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