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OinkMyGod

Querido diario,

 

Deja que te cuente, mes a mes, cómo ha ido el 2020 en Oink my God.

 

querido 2020 oink my god

 

Enero

 

Empezamos el año muy optimistas. Sin tener ni idea de todo el marrón que se avecinaba. Planeando la mudanza hacia una nueva oficina que no estrenaríamos hasta mucho más adelante (maldito COVID). 

 

Enero fue uno de los pocos meses del año que nos permitió disfrutar de reunirnos con todo el equipo, de tomar cervezas con amigos con la única preocupación de tener resaca, de ir a eventos o de besarnos sin miedos. 

 

Quién iba a decir que lo más normal de nuestra vida se convertiría en lo más imprescindible pocos meses después. 

 

 

 

Febrero

 

En Febrero cerramos un cliente muy importante que nos permitió aumentar la estructura del equipo. Lo celebramos a lo grande y nos dio ánimos y fuerzas para encarar el año de la mejor manera posible. 

 

Por esas fechas el COVID ya estaba por China, e hicimos la tremenda broma de que la única solución para acabar con el virus era una cuarentena. Empezamos a imaginar escenarios surrealistas donde no podíamos salir de casa, donde se organizaban bingos vecinales y comprábamos la compra de la semana online. 

 

Lo peor de todo es que nuestra broma, poco después, se convirtió en una realidad. 

 

 

 

Marzo

 

Estábamos trabajando tranquilamente, pensando que este resfriado (porque por aquel entonces sólo era un resfriado) nos dejaría tranquilos en breves, cuando nos encerraron. 

 

El traslado de oficina se quedó a medias, y no pudimos ir a buscar nada de lo que teníamos allí. 

 

Todo el equipo empezó a teletrabajar y tuvimos que adaptarnos a nuevas dinámicas. ¿Cómo se lidera por Skype? ¿Cómo nos motivamos entre nosotros? ¿Cómo convivo con 4 personas 24 horas al día? Kill me. 

 

Todos estábamos asustados, con ansiedad, y con altibajos emocionales que intentábamos paliar con sesiones de gimnasio online y hangouts diarios. 

 

La compra de cerveza subió. Justificadamente. 

 

 

 

Abril

 

La oficina que teníamos que estrenar quedó abandonadísima. Las obras a medias

 

Seguíamos motivándonos entre nosotros diariamente, y el trabajar 8 horas al día realmente hizo que el encierro fuera un poco menos duro. Teníamos un propósito y ganas de que todo saliera lo mejor posible, y esto nos ayudó a seguir on fire. Con bajonas, pero on fire. 

 

El cliente que habíamos cerrado en febrero nos permitió incorporar a nuevos miembros al equipo, y pasamos a trabajar con personas a las que solo habíamos visto por Skype. 

 

Llegó un punto, después de vernos tan a menudo por videollamada, que ya olvidamos que nunca nos habíamos conocido en persona. ¿Is this Matrix?

 

 

 

Mayo

 

En Mayo tuvimos otro pico de trabajo muy heavy. Todo el mundo estaba como loco comprando online, y lo notamos con la subida de ventas que tuvieron varios de nuestros clientes. 

 

Nos sentíamos hasta mal: ¿cómo una pandemia mundial nos está aportando tantos beneficios?

 

Pero esto nos permitió sostener la estructura del equipo y seguir remando para aceptar nuevos proyectos que nos motivaran. 

 

Hicimos una pequeña ilegalidad (sshht, no se lo digáis a nadie) y salimos de casa para recoger todas las cosas de la oficina vieja y llevarlas a la nueva. Sorry, pero teníamos que regar las plantas (y no nos cruzamos con nadie, promise). 

 

Pisar las calles de Barcelona sin coches y sin gente fue toda una experiencia. Las plantas estaban salvajes como nunca, el aire parecía aire de pueblo, y nuestro pequeño viaje al exterior fue casi más impresionante que el viaje que hicimos a Indonesia cuatro años atrás. 

 

Apreciar la ciudad y la vida con nuevos ojos era uno de los pocos regalos que nos había dejado el encierro. 

 

 

 

Junio

 

En Junio empezamos a ver la luz al final del túnel (no sabíamos que las segundas olas llegan tan fuertes como en los tsunamis). 

 

Salir al mundo exterior y reunirnos con la familia después de tantos meses fue un soplo de aire fresco. Creo que aún no habíamos asimilado del todo lo que nos había pasado, y que al salir fuera fuimos más conscientes del encierro que habíamos sufrido durante tanto tiempo. 

 

Este fue un mes donde todo se estabilizó: empezamos a ir poco a poco a la oficina, a vernos las caras sin una pantalla de por medio, y a planear un futuro de libertad (que desgraciadamente se volvería a terminar pronto). 

 

 

 

Julio

 

Nos pusimos a tope con las obras de la oficina. Nadie sabía cuánto margen nos daría el COVID para actuar, por lo que pulimos suelos, fuimos varias veces a IKEA y montamos muebles como si no hubiera mañana.

 

Como ya sabes, las obras nunca terminan cuando se supone que tienen que terminar. Siempre se alargan varias semanas más. No sé por qué todo el mundo sigue pensando que puede poner fecha de finalización a las obras, cuando hace cientos de años que las obras nos han demostrado que el ritmo lo marcan ellas. 

 

Pues eso. Que semanas después la oficina estaba lista. Y nosotros listos para trabajar en un sitio lejano a la cama, a la lavadora, y con aire acondicionado

 

 

 

Agosto

 

Nos mudamos a la nueva oficina. Qué ironías las que tiene la vida: ahora teníamos un espacio grande, pero que solo lo podrían ocupar pocas personas para preservar el espacio de seguridad. 

 

Tanto luchar para tener un mejor espacio, para ahora tener que usarlo a medias tintas. 

 

Pero bueno. Nos volvimos locas igual con la decoración, y compramos decenas de plantas para que la oficina fuera más verde. ¿Se nota que habíamos estado meses sin pisar la pachamama?

 

También aprovechamos para hacer unas minis vacaciones y desconectar un poco. Salir de Barcelona era necesario después de tanta jungla de cemento. 

 

Te queremos, Barna, pero déjanos volar de vez en cuando. 

 

 

 

Septiembre

 

No te lo hemos dicho porque no te queríamos spoilear, pero durante los meses anteriores estuvimos creando toda la identidad nueva de Oink y toda la web nueva. 

 

Con las webs pasa un poco como con las obras, que no puedes fijar una fecha de finalización realista porque les da igual. Se terminan siempre más tarde. Ni lo intentes. 

 

Aún así, este mes estuvimos muy felices con la nueva identidad y toda la recepción que tuvo. El COVID aun nos dejó celebrarlo con el equipo en petit comité

 

 

 

Octubre

 

El mes iba muy bien, pero ya veíamos que la felicidad es como una montañita rusa que enlaza bajadas y subidas y algún que otro loop que te marea. Por lo que, a medida que avanzaba el mes y que los casos de COVID aumentaban, vimos que pronto nos tendríamos que despedir de nuestra nueva oficina. Temporalmente, no os asustéis.

 

A finales de mes se cumplieron nuestros miedos y todos volvimos a teletrabajar. Eso sí: teletrabajamos mucho, y lanzamos un curso gratis que sería el predecesor al primer curso de nuestra escuela. 

 

Porque sí: además de la identidad, también nos pasamos la cuarentena preparando una escuela online.

 

 

Noviembre

 

Y en noviembre, desde nuestras casas ya un poco frías, lanzamos el primer curso de la escuela. 

 

Después de meses de gestación, el primer curso se publicó para ser el primero de los muchos que vendrán en el futuro. 

 

La locura del curso también estuvo acompañada por la locura que acompaña cada año al Black Friday. Nos pasamos semanas planificando campañas, montando estructuras publicitarias, y coordinandonos con clientes para que todo saliera perfecto. 

 

Y, con el esfuerzo de todo el equipo, todo salió bien. 

 

 

 

Diciembre

 

Este mes de conclusión ha servido para empezar a planificar el año que viene, y para mirar con perspectiva todo lo que ha pasado y lo que no ha pasado este año. 

 

También para comer un poco de turrón y para cantar unos villancicos. 

 

Jingle Bells, jingle bells, jingle bells ROCKS” 

 

En realidad iba a poner “Last Christmas I gave you my heart”, pero me ha parecido demasiado intensa y triste como para terminar este año tan raro que hemos vivido. 

 

Vamos a dejarlo con “All I want for Christmas is you” que siempre funciona. 

 

Pues all I want for Christmas is you. Que tú nos sigas leyendo. Que tú nos sigas acompañando en las redes sociales. Que tú nos sigas escribiendo para decir que te gusta este post o que odias nuestra nueva identidad. Que tú sigas luchando con todo lo que tiene que venir y disfrutando de todo lo que aún nos queda. Que es mucho. 

 

 

 

 

¡Feliz año, cerdis!

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