Si eres de los que se enganchan fuerte a una serie, peli, libro… y te pasas las horas consumiendo contenidos relacionados con ello, ¡seguramente estés ante un contenido transmedia! ¿Curiosidad por saber que es? ¡Sigue leyendo!
Seguro que también te interesa
- ¿Qué es el Storydoing? Beneficios y ejemplos
- Cómo definir el tono y la voz de una marca
- Derechos de autor en RRSS y cómo hacer un uso responsable del contenido ajeno
Contenido transmedia: conceptos básicos
Empecemos por partes: ¿a qué llamamos contenido transmedia?
Su definición también se vincula con el concepto “narrativa transmedia”. Este hace referencia al hilo argumental o storytelling que se desarrolla (o divide) en diferentes formatos y plataformas, con voz y peso propio dentro de la historia.
Cuando hablamos de contenido transmedia nos referimos a un universo ampliado (que no adaptado). Se trata de ir un paso más allá y desarrollar la historia para cada canal, con rasgo únicos que enriquecen a la narrativa principal.
Así que no se trata solo de adaptar un libro a película. Es muchísimo más que eso. ¡Conozcamos las claves de un buen contenido transmedia!
Claves para atrapar a la audiencia con un buen contenido transmedia
Lo primero es lo primero: ¡dame una buena idea!
Y es que, sin una buena premisa, poca cosa vamos a poder hacer. Para ello, es importante que esta nos permita la diversificación de los contenidos, para poder expandirlos a través de las distintas plataformas.
La audiencia no es el centro, lo es TODO
El contenido transmedia NO busca una audiencia pasiva y callada. Busca personas activas, participes en el desarrollo del relato. Hace una escucha activa, y se adapta al consumidor de cada canal.
Transmedia desde los inicios
Lo mejor para que un producto transmedia triunfe es concebirlo como tal desde la primera línea. Aunque muchas de las historias transmedia que leemos, escuchamos y vemos hoy en día son resultado de un éxito inesperado, es importante predecir las posibles rutas que tomar, en caso de querer expandir el universo.
Narrativa multicanal
Para crear un universo transmedia necesitamos, al menos, hacer uso de tres medios diferentes donde distribuir el contenido. A día de hoy disponemos de infinitas plataformas, así que… ¡hagamos uso de ellas!
Contenido original y único
El relato que construyamos en cada plataforma escogida debe ser único y original, adaptado a las características de la misma.
¿Quieres crear tu propio universo transmedia? Descubre nuestro nuevo recurso: Guía para crear un buen contenido transmedia. En él te damos las claves poder crear un contenido transmedia de 10, y además, ¡es GRATIS baby! Descargártelo aquí.
Ejemplos de buenas narrativas transmedia
Una vez aprendida la teoría, ¡toca conocer la práctica!
Conocemos muchísimos ejemplos de contenido transmedia, principalmente porque forman parte de nuestra cultura popular. El mejor ejemplo que yo misma tengo, es el de Harry Potter. Y es que ni la propia JK Rowling (con polémicas incluidas) podría pensar el enorme universo que se ha desarrollado alrededor de la vida de un joven mago británico.
Cuando hablamos de Harry Potter no hablamos de libros y películas. Hablamos de parques temáticos, de exposiciones mundiales, de merchandising (por un tubo), de una obra de teatro que retoma la historia principal, de webs oficiales para saber a qué casa perteneces, y videojuegos que expanden todavía más los terrenos de Hogwarts. Y seguro que me dejo más cosas.
Lo sé, el caso de Harry Potter, igual que el de Star Wars, es probablemente de los más famosos. Así que indaguemos en uno, quizá, menos conocido.
El caso SKAM (NORUEGA)
Puede que el nombre te suene. O puede que no y te preguntes: ¿Por qué (NORUEGA)? Tiene una explicación y pronto llegaremos a ella.
¿Qué es SKAM? Es una serie de televisión que sigue las vivencias de un grupo de jóvenes de clase acomodada de Noruega. Hasta aquí parece una premisa simple, hasta pobre, ¿verdad? Pero la clave está en el desarrollo de los personajes… y en una narrativa transmedia REDONDA.
Se trata de una ficción que empezó con la construcción de la trama a través de perfiles de Instagram. Cada personaje tenía su propio perfil, donde interactuaban con el resto, colgaban fotos juntos… hasta que empezó la emisión y sus cuentas se convirtieron en parte de la trama.
Los episodios empezaron a emitirse cada viernes en la cadena noruega NRK… pero en la web se colgaban fragmentos durante toda la semana. Es más, subían el contenido, el día y la hora en el que la trama estaba ocurriendo. Así que, si la narrativa sucedía un lunes a las 09:03, a esa misma hora se subía el fragmento correspondiente a la acción que se desarrollaba. De forma que el capítulo del viernes en televisión era resultado de la recopilación de secuencias publicadas durante la semana.
Con esta acción consiguieron, por un lado, diversificar la audiencia (quiénes estaban pendientes de la emisión en web vs. quiénes preferían esperar al viernes), y se creó una audiencia activa. El espectador de SKAM debía estar atento a lo que ocurría en redes y en la web para estar al día de la trama.
Y no solo se publicaban los fragmentos de la serie, o fotos personales de los personajes. En la web también se subían (¡a tiempo real!) las conversaciones de WhatsApp entre los protagonistas. Y en la cuarta temporada hasta se usó YouTube para subir los vídeos que algunos de los personajes subían durante los episodios.
Con esta narrativa enganchó a millones de jóvenes alrededor del mundo y originó el universo SKAM, siendo fuente de adaptaciones en diferentes países (incluida España). SKAM (Bélgica), SKAM (Francia), SKAM (Holanda)… cada región adaptó su propia trama y personajes, pero se mantuvo fiel al espíritu transmedia de la serie.
¿Qué te parece este ejemplo transmedia? ¿Lo conocías? Cuéntame en los comentarios, ¡y dime si se te ocurre algún otro ejemplo!
0 Comentarios