Mapa de posicionamiento de productos: cómo hacer el tuyo + ejemplos

En el post de hoy te voy a explicar todo lo que necesitas saber para hacer el mejor mapa de posicionamiento de productos. Porque si algo se sabe en todas las casas es que el arroz es para los domingos y que el posicionamiento es tarea básica en la estrategia de cualquier negocio.

¡Así que vamos a ello, baby! 

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¿Qué es un mapa de posicionamiento de producto?

Igual que un mapa de toda la vida te permite ver dónde están las ciudades y su tamaño, el mapa de posicionamiento hace exactamente lo mismo con tu producto o servicio, e incluso tu marca (básicamente nos sirve para que no estemos perdidos en el mundo hostil llamado mercado).

Si nos ponemos formales, podemos decir que el mapa de posicionamiento de producto es un gráfico que se usa para describir y comprender la situación actual de una marca o producto con respecto a la competencia, y lo más importante: desde el punto de vista del consumidor, por lo que se supone que debe ser super objetivo.

Por eso es mega importante conocer bien lo que opinan los clientes y los leads sobre tu producto o servicio. Cuantos más aspectos cubras, mejor (marca, precio, tamaño, packaging, experiencia, fiabilidad…). 

Para ello tendrás que hacer un profundo ejercicio de autoconocimiento: pregúntate o pídeles una manita directamente a ellos para saber qué les importa de verdad, sus preocupaciones, sus deseos, qué ven en su entorno, quiénes son y qué opinan sus influyentes y cómo actúan en consecuencia a todo esto.

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El objetivo: analizar cómo nos ve el público con respecto a los competidores.

Antes de ver cómo podemos hacer un mapa de posicionamiento de producto te voy a convencer del todo para que no pase un día más sin saber dónde estás.

¿Para qué nos sirve tanta comparación entre marcas? ¿Para qué nos sirve un mapa de posicionamiento de productos?

Pues la lista es larga, my friend:

1. Analizar las preferencias de los consumidores

Para empezar, un mapa de posicionamiento de productos nos sirve para analizar y detectar qué atributos de nuestro producto son los más importantes para los clientes, es decir, para definir todavía mejor nuestro mercado objetivo. 

¿Se te ocurre algo mejor que saber qué es lo que más les gusta de ti para sacarle el máximo partido? Sigue leyendo.

2. Identificar áreas de oportunidad de mercado

Los mapas no siempre tienen ciudades por todas partes, ¿no? Si tenemos intención de fundar una ciudad nueva, lo normal es que busquemos áreas donde todavía no haya nada construido. Pues en el mercado también pasa lo mismo. Gracias a la visión general que nos da se pueden detectar algunas oportunidades que otros no han aprovechado todavía.

3. Comprobar resultados

Como lo que toca con este ejercicio es ver cómo te percibe el consumidor y cómo se posiciona tu producto, con un mapa de posicionamiento de productos te vas a dar cuenta enseguida de que es una forma maravillosa de comprobar los resultados de campañas anteriores y ver si eran los que esperabas. 

4. Controlar los productos o servicios de tu sector

Esto es como cuando tu madre te decía “ay, si yo te pudiera ver por un agujerito”, pero hecho realidad. Y es que, a la larga, vas a poder observar cómo se han ido posicionando otros productos similares, los cambios que ha ido sufriendo el mercado, así como las preferencias del consumidor, por lo que estará en tu poder adaptarte a las circunstancias y adelantarte a los hechos.

5. Solucionar debilidades

Como podrás ver la oferta de la competencia frente a la tuya y cómo ambas se posicionan según las preferencias del consumidor podrás darte cuenta de cuáles son las debilidades de ambos. 

Saber de qué pie cojea cada uno te va a ser muy útil: qué es lo que te hace falta y qué no posee la competencia pero puede que tú sí.

6. Comprender los segmentos del mercado

Es decir, identificar los potenciales desafíos, a los que habiendo diferenciado tus fortalezas y debilidades podrás exprimirlos al máximo.

¿Cómo hacemos un mapa de posicionamiento de producto?

Ahora sí, vamos con las instrucciones para montar nuestro mapa de posicionamiento de producto como si fuera un Huevo Kinder.

Recuerda que, antes de ponernos a colocar cada una de las piezas, has tenido que dedicar un tiempo a analizar tu producto, sus ventajas competitivas, sus desventajas, y lo mismo con la competencia, así como el mercado en general.

Lo primero que tienes que saber es el formato del mapa de posicionamiento: este mapa es una gráfica construida con dos ejes (X, Y) colocados en cruz (cruz griega, para los frikis del arte), así:

Vamos con los atributos: estos dos ejes van a representar las dos propiedades relevantes que has elegido para comparar con la competencia. Por ejemplo, digamos que eres una marca de snacks dulces, pues estos atributos podrían ser X = gusto (lo rico que está el producto), Y = sano.

Ahora toca colocar las fichitas (que formalmente vamos a llamarlas valores) según los atributos que hemos escogido, tanto la nuestra como la de los competidores. Para hacerlo algo más fácil puedes incluir unos signos de + y – a tu gráfica. 

Mi recomendación es que no uses más de 4 o 5 competidores, ya que el objetivo es ver tu posicionamiento frente a marcas que realmente tienen un producto o servicio similar. En este sentido puedes segmentar todo lo que quieras, por ejemplo, por demografía, por comportamiento del consumidor, por el tipo de cliente al que está enfocado…

Lo mejor es que primero coloques a los competidores y después a ti. Eso sí, no seas canallita, honestidad ante todo. Para representar tanto a uno como a otro puedes usar un círculo o el logo si quieres que sea más visual. ¿Lo tienes? Seguimos. 

Ahora vamos a establecer el nivel de participación en el mercado. Esto es importante ya que, aunque una marca tenga muy buen producto, si su participación es muy baja, puede que no haya que tenerle tanto miedo (pero también puede pasar al revés, sorry not sorry). 

¿Cómo hacemos esto? Pues muy simple, haciendo el círculo o el logo más grande o más pequeño, en función del nivel de participación que tenga cada uno (que no se te olvide tu fichita).

¡Ahora queda interpretarlo!

El mapa de posicionamiento de producto puede servirte, como hemos visto, para muchas cosas diferentes, todo depende de tus objetivos. Por eso lo primero es tener bien claro qué es lo que estás buscando. 

Esta herramienta te da una visión general de la que sin duda puedes servirte para continuar planificando tu estrategia. Piensa que es como ese mapa que siempre hay desplegado en los campamentos de batalla de las películas sobre el cual están colocadas las figuras que representan tanto a ellos como al enemigo, mientras los soldados se debaten en cuál será su siguiente movimiento. 

Una vez esté hecho tu super mapa de posicionamiento de productos tendrás más control sobre la situación y podrás ver desde la distancia las debilidades de cada marca representada. Esto, my friend, significa que ya puedes ir diseñando estrategias para superar al competidor.

Por otro lado, como ya he mencionado antes, podrás encontrar algunos huecos de mercado que no están del todo cubiertos ni por ti ni por tus competidores, lo cual es una gran oportunidad para reposicionar tu marca.

¿Quieres una guía + plantilla para crear tu propio mapa de posicionamiento de productos? Aquí tienes.

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En fin, baby, que puede que no te esté dando el almanaque de Regreso al futuro, pero seguro que con toda esta información ahora podrás hacer algo de magia.

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